viernes, junio 23, 2006

Al igual que en la Tierra Media, al Otro Lado esta noche es mágica. Supongo que casi todos lo sabreis, pese a que ya hace 2 días fue el solsticio de verano, las celebraciones a proposito de este día són hoy.

La noche del solsticio de verano, tanto en un lado como en el otro, es una fecha muy especial. Por qué lo es? Porque está entre los dos equinoccios: el de Primavera y el de Otoño y, por supuesto, porque es el día más largo y la noche más corta de todo el año. Pero no todo termina ahí.
El calendario céltico es el que está más cerca de la Realidad, o mejor dicho, el que consigue explicar mejor ese fenómeno. Sin embargo, esas creencias no són exclusivas ni mucho menos de esa cultura.



En la cultura celta, siempre se ha considerado mágico y sagrado todo lo que no pertenece ni a una cosa ni a otra pero a la vez pertenece a las dos: todo lo que está en medio. Por eso tradicionalmente, cuando se consultaba a un druida para un augurio, el ritual se llevaba a cabo en lo alto de una montaña (entre la tierra y el cielo), o en las costas (mar y tierra). Según cuentan las leyendas célticas tanto del continente como de las islas, es la noche ideal para ver, hablar o hacer contratos con criaturas sobrenaturales (duendes, hadas, y otros seres de la penumbra). Sinceramente, esas criaturas aquí en Arda jamás las he visto, y sospecho que solamente són reminiscencias del Mundo Verdadero que, paradójicamente, es donde vivo yo y está a punto de desaparecer por el fuego de la guerra y el egoismo.



En todas las culturas del otro lado esta fecha siempre ha marcado el inicio de las buenas cosechas, el momento propicio para el amor, para los augurios y para mantener también contacto con los dioses. En todas las culturas los dioses en esa noche se aparean (la diosa de la tierra y el dios que la fecunda) como símbolo otra vez de la buena cosecha -> hay que recordar que en aquellos tiempos (no como ahora que todo el mundo tiene acceso a la comida sin el más mínimo esfuerzo) aparte de trabajar como burros tenían que procurarse la comida ellos mismos, y por eso la buena marcha de la agricultura y la ramadería eran esenciales. Como ahora todavía es costumbre, la gente bailaba alrededor de las hogueras y saltaba encima de ellas para pedir buena suerte en el amor, en la cosecha, en la salud, etc. Tanto el fuego como el agua, que simbolizan lo masculino y lo femenino, son esenciales en este día. Por eso las hogueras se encienden siempre cerca del mar, de un lago o de un río.

Por eso es tan celebrado este día, porque simboliza el comienzo de la fertilidad pero, al mismo tiempo, el comienzo del declive que, poco a poco, lleva a la escasez del invierno. Es la siempre sagrada mezcla entre el progreso y el declive, la luz y la oscuridad, la eterna "lucha" entre contrarios, los cuales en esa noche se unen indistintamente, y los dos se aparean. Nada pertenece a Nada, y al mismo tiempo Todo pertenece a Todo.



Por todo eso y mucho más, esa noche es especial, y sería una tontería intentar aculturizar esa fiesta diciendo que es celta, romana, griega, china, hindú o inca. Es de todos, desde la prehistoria todas las culturas la han celebrado, han notado la profundidad de su magia. Es una pena que ahora con tanto materialismo y tan escasa espiritualidad en el Otro Lado apenas haya quedado como algo anecdótico, como una fiesta más, como un entretenimiento más, lo cual sirve como excusa para hacer botellón o para realizar rituales ridículos en las playas. Se ha perdido el significado profundo de esta noche y, con ello, se ha perdido corazón. Si viviérais intensamente y espiritualmente estos momentos, la vida se os mostraría como lo que en verdad es: un ciclo, en qué la bipolaridad no existe y los contrarios no siempre se rehuyen, donde no hay estación buena ni mala, simplemente diferente. Os imaginais un mundo con un eterno verano, o con un eterno invierno? Sería un mundo sin sentimientos, eso lo tengo bien claro. Y lo malo es que de cada vez la gente es menos conciente de la naturaleza que les acoge, y eso hace que sus almas de cada vez se encierren más en ellas mismas.



Mientras termino de escribir esas palabras, pienso en la primera vez que estuve en Stonehenge y en Newgrange (en las Islas Británicas), el primer año que visité el Otro Lado. Y debo decir que aquella puesta de Sol del solsticio de verano...casi me llenó tanto de felicidad como cuando la observo desde el arbol más alto de Lothlórien, poniéndose el Sol en los páramos ahora arrasados y oscuros como un infierno.
Solo quiero que penseis una cosa: solo vosotros, los seres humanos, soys los que vivís aislados en vuestro mundo, mientras este último sigue igual que siempre. Solamente es que ahora estais ciegos por vuestra propia codicia y vuestro apresuramiento inútil y, de nuevo, por ese empirismo engañoso que os ha legado esa civilización racionalista. Aún teneis lugares maravillosos que aún mantienen la magia de los días antiguos, en los cuales me hallo yo, justo en su final.

No dejeis que vuestros sentidos se cierren para siempre a la verdadera vida.